El nombre que recibe significa cerro del coyote porque era un lugar lleno de cuevas donde vivían los coyotes, después pasó a ser una carcel.
Bajamos a las celdas, repartidas en dos niveles, cada paso que das hacia el interior, lo inunda todo la oscuridad, en las celdas se siente un calor sofocante, imaginaros veinte personas(presos políticos) encerrados allí durante años sin salir en ningún momento a la luz del sol.
Los grafitis no son de la época, pero en una de las celdas más grandes(40 personas), se podía leer esta frase que sí pertenece a ese momento de la guerra: ME QUIERO MORIR.
Comencé a sentir mucha claustrofobia y mucho calor, pero esto solo era el principio de un cruel y dura verdad.
En el segundo nivel estaban las celdas tanto de tortura física como psicológica. Esta última es un espacio de 3x3m donde metian a unas 10 personas en una oscuridad total, alli permanecían 6 meses, sin salir de la celda en ningún momento. Esta oscuridad dejaba a las personas locas y/o ciegas.
Cuando querían dejarlos ciegos completamente, los sacaban directamente a la luz del sol.
Las celdas de tortura física eran aún peor, los amarraban con cadenas, les golpeaba, les arrancaban las uñas y por los pequeños huecos por donde entraba luz, los soldados tiraban sus escrementos.
Este lugar me hizo llorar amargamente, la angustia invadió mi cuerpo, se agarro a mi pecho e inundo mi corazón. Las piernas me temblaban y mi respiración se entrecortaba de pensar en el sufrimiento y e dolor que han sufrido tantas personas en este lugar.
Sentí rabia, coraje, angustia por la crueldad que llena la historia de todos los pueblos.
